“Corrieron juntos calle abajo, interesados por todo de esa forma en que se interesaban por todo al principio y que más tarde se convirtió en algo mucho más triste y perceptivo y vacío. Pero ahora bailaban por las calles como campanitas, y yo fui tras ellos como lo he hecho toda mi vida siguiendo a las personas que me interesan, porque para mí las únicas personas son los locos, lo que están locos por vivir, locos por ser salvados, deseosos de todo al mismo tiempo, los que nunca bostezan o caen en un lugar común, y que arden, arden, arden, arden como fabulosos y amarillos fuegos artificiales explotando como arañas a través de las estrellas y en su centro ves aparecer esa luz azul y todos sueltan un ¡Awww!”.
Jack Kerouac, de "En el camino", 1957
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